jueves, 7 de marzo de 2013

La Poética Dentada

En las palabras se esconden los deseos,
deseos que no salen al día, se esconden en madrigueras hechas de cautela.
De temores por alejar el alimento.
Alimento y aliento, de consumir y saciarse
De llenarse y olvidarse
concentrarse y soñar libre

Libertad que nos da el imaginarnos sin caprichos ni hambres,
De pieles y palabras.
De admitir ideas, que no conjugan con los principios
y disfrutar el romper la frontera de los mismos.

Y quisiera que mis dedos fueran dientes
dientes agudos y amables, que exploran y consumen
que tocan y componen
una canción de gemidos y sollozos
que dan placer y elegancia

y que construyan miedos y superficialidades
golosinas para el líbido
exprimidos en el conciente de que a lo mejor
hay un abismo
Abismo que no se llena, se desconoce el como
y el vacio agrieta el alma

Hambre de aventar ahí todo lo que sea tangible
el momento placentero
y las drogas para el ego
y saber que ni con eso el fondo se alcanza
por que todo se desaparece en lo negro

Y por la mañana el hambre se alza
de nuevo con dientes y zarpas
para roer y carcomer lo que sea
las brisnas de de recuerdos,
borrosas imagenes de otros momentos

Que nutritivos fueron y que aun el aroma alimenta
Pero no calienta ni sustenta
tan sólo el sabor de una memoria
que se desvanece como condimento
 en el mismo viento que ahulla

en las paredes del agujero.

Y no se...